Homenaje a Carlos Chile en la Feria del Libro

Se realizó el miércoles pasado, durante la presentación del libro de Jaime Fuchs "¿El capitalismo argentino en su etapa final?"

La Sala José Hernández de la feria del libro, se llenó el miércoles 3 de mayo para presenciar el homenaje a Carlos Chile, quien fue secretario de Organización de la Central Autónoma, referente del Movimiento Territorial Liberación (MTL-CTA) y secretario General de la Central porteña entre los años 2010 y 2014.

La actividad tuvo lugar en el marco de la presentación del libro “¿El capitalismo argentino en su etapa final?”, escrito por Jaime Fuchs, con un prólogo redactado por  Carlos Chile.

En el acto hablaron el autor, Cármen López por el MTL y José Rigane de Luz y Fuerza la CTA Autónoma.

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YO ME MUERO COMO VIVÍ

Cientos de compañeras del movimiento territorial de liberación (MTL) coparon el hall que da a la entrada del Sala José Hernández del pabellón rojo de la feria del libro, que este año se desarrolló en el predio de la sociedad rural en Palermo. También había compañeros, pero esta organización, como pocas, tiene como marca indeleble que la mujeres son las que marcan el pulso y toman primera filas de todo lo que emprenden.

Alrededor de 500 personas se reunieron para recordar a Carlos Chile Huerta, quien fue conductor del movimiento, y miembro de la conducción de la filial porteña de la Central de Trabajadores Argentinos Autónoma (CTAA), hasta su fallecimiento el pasado diciembre.

Mientras Silvio Rodriguez explotaba los parlantes cantando una y otra vez que el se muere como vivió, las imágenes daban testimonio que a veces las canciones hablan más y mejor de las realidad y sus constructores que los miles de intentos descriptivos que esbozan algunos periodistas.

El mar de fueguitos que da el puntapié inicial al libro de los abrazos de Galeano también sirvió de apertura para los presentadores del encuentro. Todos brillamos con luz propia, pero están esas que arden tanto la vida que no se puede mirarlos sin parpadear, decían los emocionados locutores que contagiaron el sentimiento instantáneamente al resto del auditorio.

Si bien la excusa era presentar la segunda edición del libro “El capitalismo argentino en su etapa final”, Ediciones CTAA, del economista Jaime Fuchs, con prólogo del mismo Chile, todos estaban allí porque había necesidad de juntarse, de sentirse cerca tras la partida del conductor.

José Rigane, secretario adjunto de la CTAA, y Carmen López, del MTL, tuvieron su asiento en la tríada que junto al autor del libro oficiaron de oradores principales de la charla. Ninguno esquivó la oportunidad de poder dar impresiones de las coyunturas que atraviesan al mundo, y en especial al país, por estos días.

En la recepción, entre los que iban llegando a la antesala, circulaba un murmullo incómodo. Muchos comentaban incrédulos el fallo de la corte, que hacía horas había aprobado el beneficio de conmutacion de pena para un detenido por delitos de lesa humanidad. El militar, Luis Muiña, genocida, parte activa de la última dictadura cívico militar.

¿Pero cómo, ahora no se puede hacer nada más? ¿Quedan todos libres? ¿Astiz, Etchecolatz, todos? ¿ Y la corte interamericana de justicia? Eran algunas de las preguntas que rebotaban sin encontrar consuelo.

Carmen, que fue la última en hablar, ayudó, recordando los pensares de Carlos, a los asistentes a sobrepasar el mal trago recordando las batallas que libró el compañero que se fue dando todo pensando en el otro, sabiendo que el otro importa, y que el otro, el par, merece la vida, la propia y la de todos unidos yendo a un horizonte trazado en conjunto.

A la salida, frente a los palcos donde desfilan año tras año presidentes que encuentran amigable a los miembros de la sociedad rural, se encontraba el pabellón Martínez de Hoz. Nadie se iba sin decir algo repulsivo mirando hacia allí, y sin sentir un sabor amargo, ante el regreso en la escena cotidiana de un capítulo en la historia que parecía encauzado hacia el lado de la justicia, aunque parcial, justicia.

Una nube apareció en el cielo, pero no era solo el cielo. Y no era sólo nube. Habia una disputa alla arriba. Hay una por aca abajo.